EL PAPEL DE LA MUJER HOY
La mujer del siglo XXI es una mujer libre en búsqueda de reivindicación y empoderamiento femenino. La mujer de este siglo elige qué estudiar, si vivimos solas o en pareja, si tendremos hijos o no, entre otras miles de decisiones que hace 51 años exactamente no era posible.
Las mujeres de hoy en día, si vivimos mejor pero todavía no podemos hablar de una igualdad real hombre-mujer, desde ejemplos tan cotidianos como la vida familiar en donde el hombre, de repente, se olvida de la igualdad y repite los comportamientos que ha visto en su familia: el padre trabaja y la madre ocupándose de la casa y los hijos. Es curiosa la admiración de un “buen padre” por pasar todo un sábado con los hijos y el poco reconocimiento del trabajo constante de “la buena madre” durante toda la semana.
Por el lado empresarial, acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones es todavía aún más difícil. En teoría, todos tenemos los mismos derechos y responsabilidades, pero en la práctica no sucede así, especialmente si eres joven y mujer, un factor doble de discriminación, en donde las mujeres cobran menos que los hombres por el mismo trabajo y muy pocas acceden a puestos de tomas de decisión.
¿Cómo promover los derechos de la mujer?
Compartir el cuidado
- Empieza por tener una charla con tu familia. Identifica las necesidades de cuidado y las responsabilidades domésticas.
- Considera y analiza tus fortalezas cuando compartas las responsabilidades de cuidado.
- Organiza las actividades domésticas mediante una lista de tareas.
- Desde poner la mesa hasta cocinar, alienta a las niñas y niños a colaborar por igual en las tareas domésticas.
- Si uno de los cónyuges de la familia trabaja a tiempo completo, reconoce y admite el valor de su trabajo.
3. Exigir una cultura de igualdad en el trabajo
Las mujeres suelen hacer grandes sacrificios profesionales para tener una familia, lo que repercute en su bienestar personal y económico. Una manera de igualar las condiciones es luchar por la aprobación de políticas unificadas de licencia parental que ofrezcan un período amplio de licencia remunerada a las madres y los padres biológicos y adoptivos. Es importante alentar a los padres a desempeñar un papel activo en la crianza de sus hijas e hijos. Los programas de reinserción laboral también pueden ayudar a las mujeres a recuperar la formación que pudieran haber perdido cuando están listas para reincorporarse en el mercado laboral.
5. Ejercer tus derechos políticos
Ampliar la cantidad de libros,
películas y otros medios feministas
6. Enseñarles a las niñas lo valiosas que son
Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han
internalizado creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como
personas dependientes, vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben
actuar de esa manera, lo que refuerza los estereotipos de género y les impide
desarrollar todo su potencial.
Desafiar los estándares de belleza
¿Alguna vez escuchaste el dicho
"el trabajo de una mujer nunca se termina"? Bueno, es verdad: las
mujeres se ocupan tres veces más del trabajo doméstico y de cuidado no
remunerado que los hombres. Esto se traduce en tiempo y energía que se les
quita a las mujeres para avanzar en sus carreras, ganar más dinero y disfrutar
de las actividades de ocio.
Demuestra que te importa:
comprométete a repartir por igual las tareas domésticas, las responsabilidades
de crianza y otro trabajo no remunerado. A continuación, te ofrecemos algunas
estrategias para que te pongas en marcha:
Desde los piropos y la
machoexplicación hasta las bromas sexuales inapropiadas, las mujeres se
enfrentan a diario a todo tipo de comportamiento sexista e irrespetuoso en
lugares públicos y privados.
Puedes ser un observador activo al
romper el status quo y desafiar a tus pares. Empieza por denunciar cualquier
comportamiento inadecuado de manera segura y respetuosa. Cuestiona cualquier
noción estereotipada de género, como "una mujer debería saber cuál es su
lugar" y "no te pongas sensible", mediante un diálogo abierto.
Cuando se trate de entablar una conversación, conoce los hechos, de modo que la
próxima vez que alguien te haga comentarios como "¡La brecha salarial es
un mito!", puedas acallar en seco y con elocuencia esa información falsa.
Si eres testigo de un caso de acoso, denúncialo y da un paso adelante. Busca la ayuda de otras personas si tienes miedo de hacerlo. Tómate el tiempo de escuchar a la víctima y pregúntale de qué manera la puedes ayudar.
Para obtener más consejos sobre cómo
poner fin a la violencia contra las mujeres
Desde el acoso sexual hasta la brecha
salarial de género, las mujeres enfrentan una lista completa de prácticas discriminatorias
en lo que se refiere al lugar de trabajo. Exige un ambiente de trabajo
progresista a través de la representación equitativa de mujeres en los altos
cargos y juntas directivas, la igualdad de remuneración por trabajo de igual
valor y el dictado de cursos de formación sobre igualdad de género.
Otras maneras sencillas de facilitarles la vida profesional a las madres abarcan las siguientes: pedir salas de lactancia, refrigeradores para conservar la leche materna, horarios flexibles de trabajo y servicios de atención infantil asequibles y de calidad en el lugar de trabajo o cerca de él.
La próxima vez que recorras una
librería u organices una noche de película, considera elegir algo escrito o
dirigido por mujeres (y para mujeres).
Las películas, los libros, los
diarios, los podcasts y otros medios populares tienen efectos duraderos en las
percepciones culturales de género, lo que les brinda a las mujeres una
plataforma poderosa para compartir sus historias y perspectivas. Sin embargo,
las industrias cinematográfica y editorial siguen estando fuertemente dominadas
por los hombres, y las narrativas populares, por lo general, describen a las
mujeres como personajes unidimensionales u objetos sexuales, o bien las
excluyen por completo.
Es difícil desaprender este tipo de
creencias. Por este motivo, es muy importante abordarlas desde temprana edad.
Recuérdales a las niñas que forman parte de tu vida que son fuertes, capaces y
se merecen el mismo respeto que los niños. Asegúrate de que entiendan de que
son mucho más que su apariencia: elógialas por su inteligencia, fortaleza,
capacidad de liderazgo, destreza física y muchas áreas más.
Desafiar el significado de
"ser un hombre"
Actúa como un hombre. Los niños no
lloran. Los niños son niños.
Estas nociones tradicionales de
masculinidad suelen desalentar a los niños y los hombres de comunicar
abiertamente sus sentimientos.
Tanto en tus amistades o relaciones
como en tu familia, apoya las expresiones de masculinidad que involucren la
vulnerabilidad, la sensibilidad, el cuidado y otros rasgos que, por tradición,
no son masculinos. Fomenta un entorno donde los niños y los hombres se sientan
seguros al expresar sus emociones: déjales saber que sus sentimientos son
válidos e invítalos a compartirlos. No te burles de ellos ni los ignores, y
delata a quienes lo hagan.
Si bien los estándares de belleza
varían de un lugar a otro, casi siempre fomentan una visión estrecha e irreal
de la feminidad. A menudo, las mujeres le dedican mucho más tiempo, energía y
dinero a su apariencia que sus pares masculinos. Este tipo de doble patrón
alimenta la idea que la mujer no es realmente la dueña de su cuerpo, que es un
objeto diseñado para el consumo público. Los ideales estéticos irreales pueden
asimismo provocar graves problemas mentales y físicos.
Cuestiona tus creencias sobre lo que
significa la belleza:
Empieza por pararte frente al
espejo: observa la manera en que piensas y hablas sobre tu apariencia y la
próxima vez que te descubras criticándote, intenta elogiarte. Dales el mismo
valor a todos los cuerpos, puesto que son motivo de celebración,
independientemente del tamaño, las habilidades o el color, y denuncia los casos
de humillación física cuando seas testigo de ellos.
Referencias: https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/2/compilation-small-actions-big-impact-for-generation-equality
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